Pese a mi lozanía y juventud, llevo más de 30 años en el periodismo. En la SER, en Telemadrid, y ahora, como corresponsal en el Congreso de los Diputados para Canal Sur. Aquí cuento historias e historietas de periodismo y periodistas. Porque nos hace falta una "pirenaica" que hable de periodismo- y de otras cosas- sin vergüenza. Como cuando éramos personas de fiar.
domingo, 5 de mayo de 2013
Menos nazis (II)
"Los nuevos
lingüistas estaban siempre preparados para hacer del idioma alemán un arma
política más absoluta y efectiva que cualquier otra conocida por la historia,
para degradar la dignidad del habla humana y reducirla al nivel del aullido de
los lobos" (George Steiner,"Lenguaje y Silencio", sobre el lenguaje en la Alemania nazi)
La
"zombi" Telemadrid, Telemadrid, la difunta, con una audiencia
residual y con cientos de miles de madrileños sacándola de su dial y de su
mando a distancia: Telemadrid, otra vez en los papeles.
Esta vez, a costa
de los nacionalismos catalán y vasco, a los que ha tildado de
"nazis". Al parecer, por su política lingüística y su
"torticera" utilización de las palabras, según se dice en el
reportaje del espacio Zoom, emitido en los Telenoticias invisibles en Madrid.
Otra vez Telemadrid en los papeles, para escarnio y vergüenza ajena de los
madrileños que alguna vez tuvimos una Televisión Pública que respetaba todos
los principios que la crearon: el pluralismo, la neutralidad, la objetividad,
el deber de dar voz a todos los ciudadanos, independientemente de creencias
políticas, ideológicas o religiosas. Vergüenza ajena para los que algún día
formamos parte de una redacción informativa que fue un ejemplo de oficio
periodístico y pluralidad informativa. En nuestro currículo quedará que fuimos
despedidos por negarnos a manipular. Un punto a favor de la profesión de
periodista.
No hace falta
comentar el espacio informativo al que me refiero. Se comenta solo. Utilizar
imágenes del nazismo o el estalinismo para hablar de Cataluña o Euskadi es una
de esas brutalidades televisivas de trazo grueso, a las que nos tienen
acostumbrados los actuales directivos de Telemadrid. Esos mediocres que no saben
nada de información televisiva (ni de ninguna clase), y que llevan desde 2003
utilizando la televisión pública, cada día, al servicio del partido que
gobierna en Madrid, el Partido Popular. Ahora, también, en el gobierno estatal.
Hace poco escribí
en este blog el artículo "Menos nazis" y me duele tener que volver a titular igual (segunda parte), pero es que
los que siguen los argumentarios que salen de la sede del PP han decidido
secundar a pies juntillas esa "moda" de tildar de "nazis" a
todo aquél que discrepe de las líneas que marca el status quo actual: los que
protestan contra la privatización de la Sanidad madrileña, los que gritan
contra el fin de los servicios sociales, deportivos, asistenciales, los que van
a los escraches contra la política de desahucios hipotecarios, los que
simpatizan con los movimientos del 15-M... Todos nazis. La carga de la prueba,
contra la víctima; no contra los verdugos. Si alguien protesta o discrepa en
este país, es un nazi.
No es difícil
adivinar los motivos de la difunta Telemadrid (y sus inspiradores) en
arremeter, como siempre ha hecho, contra los "nazis" de Cataluña o
Euskadi: con una crisis sin remedio aparente, un paro de más de 6 millones de
personas y muy pocas respuestas del gobierno para cortar la sangría,
la única manera de arañar votos de los cada vez menos convencidos seguidores es
tirar del "tótem España". Ningún desastre será mayor, según éstos
talibanes de lo español, que la ruptura de Es-Pa-Ña. España desahuciada,
parada, sin libertades y privatizada: pero ESPAÑA, al fin y al cabo.
Desde 2003, con
la llegada de Esperanza Aguirre a la Comunidad de Madrid, ésta periodista puede
afirmar (cito mi blog): "que la información nacional se convirtió- y son
palabras textuales de un directivo de esta mísera época- en una bomba
incendiaria. "Aquí no manejamos
información"- le espetó el Director de Informativos a una compañera de
la redacción- "aquí manejamos
material incendiario". "A
Pilar Manjón, ni agua", oí yo misma en una reunión de contenidos. Sin
ningún complejo, los jefes de esta redacción iban desgranando su filosofía de
lo que es para ellos el periodismo: "Nosotros
trabajamos para quien nos paga". "Si
quieres voces críticas, pon la SER".
Zapatero, Obama, Palestina, la interrupción del embarazo, la píldora
post-coital, los indignados, la izquierda abertzale, el nacionalismo catalán,
el PSOE, IU, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las víctimas del
terrorismo que no fuesen de la AVT...todo lo que se alejase de su ideario dejó
de tener, en Telemadrid, el derecho a ofrecer su versión. Notable fue el cambio
que se vivió en torno a la crisis económica, que comenzó siendo la plaga a la
que Zapatero nos había abocado, y que se tradujo en cientos de noticias,
reportajes, editoriales, intervenciones de expertos y tertulianos a
sueldo....para pasar a ser -tras la llegada de Rajoy- una letanía de
informaciones oficiales no comentadas, sin derecho al reportaje. Sin complejos"
En una televisión pública, no lo olvidemos.
"Hubo un
antes y un después en esta Redacción de Informativos: el 11 de marzo de 2004. Los atentados en los
trenes de Madrid les quitaron la careta a nuestros gestores informativos y nos
ofrecieron la peor cara de lo que no es, en el mejor y más noble sentido, la
profesión periodística. Ocultamiento de las declaraciones no queridas por la
casa, manipulación pura y dura, mentiras historiadas, seguimiento al pie de la
letra de las teorías conspiranoicas"
Otra vez
estuvimos en los papeles, por un Especial que se llamó "Cuatro días que cambiaron
España", y que, además de seguir la teoría de la autoría de ETA, utilizó
un anagrama etarra encadenado sobre las imágenes de las concentraciones el 13
de marzo ante la sede del PP en la calle Génova y otros lugares de Madrid
contra las mentiras que el gobierno Aznar vertió aquellos días sobre los
atentados. La manipulación puede ser sofisticada, pero en este caso, lo burdo
predominó sobre lo sutil. Ciudadanos normales y corrientes que protestaban...
bajo un anagrama de ETA. Muy sutil. Como ahora.
La política
informativa en relación a los independentismos catalán y vasco siempre ha sido
la de la criminalización. Muerta ETA, sin Euskadi como proveedora de noticias
antiespañolas, Cataluña se convirtió muy pronto en la "bestia negra"
de los informativos de Telemadrid. Todas las denuncias sobre la escolarización,
en catalán o castellano, tuvieron eco en
Telemadrid, desplazando equipos a Cataluña para dar voz, por supuesto, a los
únicos afectados que les interesaban. Nunca se dio voz a la otra parte. Pero
esto vale para todo. Pluralismo, cero.
La
"zombi" Telemadrid, Telemadrid, la difunta, con una audiencia
residual y con cientos de miles de madrileños sacándola de su dial y de su
mando a distancia: Telemadrid, otra vez en los papeles.
Esta vez, a costa
de los nacionalismos catalán y vasco, a los que ha tildado de
"nazis". Al parecer, por su política lingüística y su
"torticera" utilización de las palabras, según se dice en el
reportaje del espacio Zoom, emitido en los Telenoticias invisibles en Madrid.
Otra vez Telemadrid en los papeles, para escarnio y vergüenza ajena de los
madrileños que alguna vez tuvimos una Televisión Pública que respetaba todos
los principios que la crearon: el pluralismo, la neutralidad, la objetividad,
el deber de dar voz a todos los ciudadanos, independientemente de creencias
políticas, ideológicas o religiosas. Vergüenza ajena para los que algún día
formamos parte de una redacción informativa que fue un ejemplo de oficio
periodístico y pluralidad informativa. En nuestro currículo quedará que fuimos
despedidos por negarnos a manipular. Un punto a favor de la profesión de
periodista.
No hace falta
comentar el espacio informativo al que me refiero. Se comenta solo. Utilizar
imágenes del nazismo o el estalinismo para hablar de Cataluña o Euskadi es una
de esas brutalidades televisivas de trazo grueso, a las que nos tienen
acostumbrados los actuales directivos de Telemadrid. Esos mediocres que no saben
nada de información televisiva (ni de ninguna clase), y que llevan desde 2003
utilizando la televisión pública, cada día, al servicio del partido que
gobierna en Madrid, el Partido Popular. Ahora, también, en el gobierno estatal.
Hace poco escribí
en este blog el artículo "Menos nazis" y me duele tener que volver a titular igual (segunda parte), pero es que
los que siguen los argumentarios que salen de la sede del PP han decidido
secundar a pies juntillas esa "moda" de tildar de "nazis" a
todo aquél que discrepe de las líneas que marca el status quo actual: los que
protestan contra la privatización de la Sanidad madrileña, los que gritan
contra el fin de los servicios sociales, deportivos, asistenciales, los que van
a los escraches contra la política de desahucios hipotecarios, los que
simpatizan con los movimientos del 15-M... Todos nazis. La carga de la prueba,
contra la víctima; no contra los verdugos. Si alguien protesta o discrepa en
este país, es un nazi.
No es difícil
adivinar los motivos de la difunta Telemadrid (y sus inspiradores) en
arremeter, como siempre ha hecho, contra los "nazis" de Cataluña o
Euskadi: con una crisis sin remedio aparente, un paro de más de 6 millones de
personas y muy pocas respuestas del gobierno para cortar la sangría,
la única manera de arañar votos de los cada vez menos convencidos seguidores es
tirar del "tótem España". Ningún desastre será mayor, según éstos
talibanes de lo español, que la ruptura de Es-Pa-Ña. España desahuciada,
parada, sin libertades y privatizada: pero ESPAÑA, al fin y al cabo.
Desde 2003, con
la llegada de Esperanza Aguirre a la Comunidad de Madrid, ésta periodista puede
afirmar (cito mi blog): "que la información nacional se convirtió- y son
palabras textuales de un directivo de esta mísera época- en una bomba
incendiaria. "Aquí no manejamos
información"- le espetó el Director de Informativos a una compañera de
la redacción- "aquí manejamos
material incendiario". "A
Pilar Manjón, ni agua", oí yo misma en una reunión de contenidos. Sin
ningún complejo, los jefes de esta redacción iban desgranando su filosofía de
lo que es para ellos el periodismo: "Nosotros
trabajamos para quien nos paga". "Si
quieres voces críticas, pon la SER".
Zapatero, Obama, Palestina, la interrupción del embarazo, la píldora
post-coital, los indignados, la izquierda abertzale, el nacionalismo catalán,
el PSOE, IU, los sindicatos, las asociaciones de vecinos, las víctimas del
terrorismo que no fuesen de la AVT...todo lo que se alejase de su ideario dejó
de tener, en Telemadrid, el derecho a ofrecer su versión. Notable fue el cambio
que se vivió en torno a la crisis económica, que comenzó siendo la plaga a la
que Zapatero nos había abocado, y que se tradujo en cientos de noticias,
reportajes, editoriales, intervenciones de expertos y tertulianos a
sueldo....para pasar a ser -tras la llegada de Rajoy- una letanía de
informaciones oficiales no comentadas, sin derecho al reportaje. Sin complejos"
En una televisión pública, no lo olvidemos.
"Hubo un
antes y un después en esta Redacción de Informativos: el 11 de marzo de 2004. Los atentados en los
trenes de Madrid les quitaron la careta a nuestros gestores informativos y nos
ofrecieron la peor cara de lo que no es, en el mejor y más noble sentido, la
profesión periodística. Ocultamiento de las declaraciones no queridas por la
casa, manipulación pura y dura, mentiras historiadas, seguimiento al pie de la
letra de las teorías conspiranoicas"
Otra vez
estuvimos en los papeles, por un Especial que se llamó "Cuatro días que cambiaron
España", y que, además de seguir la teoría de la autoría de ETA, utilizó
un anagrama etarra encadenado sobre las imágenes de las concentraciones el 13
de marzo ante la sede del PP en la calle Génova y otros lugares de Madrid
contra las mentiras que el gobierno Aznar vertió aquellos días sobre los
atentados. La manipulación puede ser sofisticada, pero en este caso, lo burdo
predominó sobre lo sutil. Ciudadanos normales y corrientes que protestaban...
bajo un anagrama de ETA. Muy sutil. Como ahora.
La política
informativa en relación a los independentismos catalán y vasco siempre ha sido
la de la criminalización. Muerta ETA, sin Euskadi como proveedora de noticias
antiespañolas, Cataluña se convirtió muy pronto en la "bestia negra"
de los informativos de Telemadrid. Todas las denuncias sobre la escolarización,
en catalán o castellano, tuvieron eco en
Telemadrid, desplazando equipos a Cataluña para dar voz, por supuesto, a los
únicos afectados que les interesaban. Nunca se dio voz a la otra parte. Pero
esto vale para todo. Pluralismo, cero.
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Los catalanes si creerán que usted no nos llamaría nunca nazis. Sabemos que es una cuestión política, pero entienda que si esto vende, es porque alguien lo compra.
ResponderEliminarSe miente mucho y se seguirá haciendo, y más a medida que Cataluña pierda el poco miedo que le queda hacia España.
Como creo que va de buena fe, le diré 2 cosas que creo podrá entender. 1- Cataluña solo pide votar, la independència solo si gana el sí. 2- No hay odio a España, ni al castellano, idioma que amo como mi segundo idioma. España sólo es un 8% de los hablantes mundiales, pero piensa que el castellano es suyo. Los idiomas son de los hablantes.
No oímos voces desde España que tiendan puentes, ni siquiera por intelectuales, o son muy débiles.
Probablemente lleva usted razón. No son tiempos de puentes ni de diálogo. Y, efectivamente, aquí hay mucha gente que compra todos esos argumentos que yo deploro. Es lo que tienen las mayorías absolutas, el bipartidismo y el pensamiento único. En otros tiempos, este país fue distinto. Con toda la imperfección de la transición, parecía que teníamos un clima de senzatez mayor que el de la actualidad. Gracias por su comentario, Adriá. Un abrazo.
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